Santa CUNEGUNDA
3 de Marzo
Hoy celebramos a una emperatriz de Alemania; pero no la celebramos por emperatriz sino por santa.
Su nombre no es muy molón. Me imagino que poca gente habrá dispuesta a ponerle Cunegunda de nombre a una hijita o una nietecilla.
Nuestra emperatriz era muy piadosa y generosa y tuvo la suerte, además, de casarse con otro santo. Entre los dos sembraron Alemania de monasterios y conventos al tiempo que sembraban bienestar y buenas costumbres en su pueblo.
Cuenta la leyenda aurea que Santa Cunegunda fue acusada de infidelidad y que la sombra de la duda anidó en el corazón de Enrique. Sin dudarlo, nuestra santa se prestó a pasar por la dura prueba del “juicio de Dios”, le prepararon una buena cama, hecha con ascuas, y por allí paseó varias veces, lentamente, nuestra santa, saliendo totalmente ilesa. Dios había fallado a su favor.
Linda la historia pero, por mucho que lo asegure la leyenda dorada se trata, en realidad, de un cuento chino.
Una vez viuda, Cunegunda renunció a todos sus honores y se hizo monja para ser la servidora de todos y, especialmente de Jesús.
Murió en 1033 y fue enterrada en la catedral de Bamberg, donde ya descansaban los restos de su esposo, San Enrique II.
Celes Tino
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