Santa CASILDA de TOLEDO
Asombrosa la historia mezclada con leyendas de Santa Casilda de Toledo “la virgen mora”
Era hija del rey Almamún, al que algunos presentan como sanguinario y otros no. En todo caso Casilda era un cacho de pan, toda ternura, bondad y misericordia. No podía soportar los sufrimientos de los cristianos encerrados en las mazmorras del castillo y bajaba a ayudarles y a llevarles de comer.
Un día que se dirigía hacia allí con alimentos en el mandil fue sorprendida por su padre que le preguntó qué llevaba. Rosas, contestó, soltó el delantal y efectivamente lo que allí había eran rosas.
Parece que los cautivos le hablaron de Cristo pero no supo cómo hacerse cristiana en medio de su mundo musulmán hasta que Dios permitió que cayera enferma y los médicos no le vieran solución. Una revelación del cielo le hace ver que encontrará la salud en las aguas de San Vicente cerca de Briviesca.
Hacia allí se dirige el rey moro con su querida hija que se hace bautizar en Burgos y efectivamente en el lugar indicado sana de su enfermedad. Desde entonces decide dedicar su vida por completo a Dios y se hace ermitaña.
Murió siendo muy anciana y quedó para siempre en la ermita que había mandado construir, que se convirtió desde entonces en lugar de peregrinación. Y dice la leyenda que la mujer que eche una piedra al lago y beba de sus aguas después de invocar a la santa, tiene asegurada su descendencia.
Celes Tino
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