IRENE ( 5 de Abril ) - Santa Irene de Tesalónica

Santa IRENE de TESALÓNICA
5 de Abril

A la santa de hoy le tengo muchísimo cariño por dos razones. La primera es que mi hermana, la mayor, la de Bailén, de mi tita, la de Andújar y mis primas, la de Linares y la de Palma se llaman así y la segunda porque mi padre cuando le decías que alguien quería ser monja y a él no le encajaba mucho la idea, decía siempre “Esa será monja de Santa Irene, con su marido y su nene”
Santa Irene de Tesalónica es una mártir de la persecución de Diocleciano ¿cómo no?
Su martirio tiene un sello especial: murió por esconder la Biblia. Y la escondió tan bien que jamás pudieron encontrarla. Eso enojó mucho a los perseguidores y se las hicieron pasar canutas antes de darle el pasaporte definitivo para el cielo. Conservamos parte del interrogatorio y, con vuestro permiso, lo voy a transcribir.

“cuando te mostramos los libros y escritos referentes a la impía religión cristiana, tuviste que reconocer que eran tuyos. Sin embargo, a pesar de tus crímenes, estoy dispuesto a perdonarte, con tal de que adores a los dioses... ¿Estás dispuesta a hacerlo?" "No", replicó Irene, "pues con ello correría peligro de caer en el infierno". 
"¿Quién te aconsejó que ocultaras esos libros y escritos tanto tiempo?" "Nadie me lo aconsejó fuera de Dios, pues ni siquiera lo dijimos a nuestros criados para que no nos denunciaran". 
"¿Dónde os escondisteis el año pasado, cuando se publicó el edicto imperial?" "Donde Dios quiso: en la montaña" "¿Con quién vivíais? "Al aire libre, a veces en un sitio, a veces en otro" "¿Quién os alimentaba?" "Dios, que alimenta a todos los seres vivientes" 
"¿Vuestro padres estaban al corriente?" No, ni siquiera lo sospechaban". "¿Quién de vuestros vecinos estaba al tanto?" "Manda preguntar a los vecinos". "Cuando volvisteis de las montañas, ¿leísteis esos libros a alguien? "Los libros estaban escondidos y no nos atrevíamos a sacarlos; eso nos angustiaba, pues no podíamos leerlos día y noche, como estábamos acostumbradas a hacerlo”

La sentencia fue de muerte después de internarla en una casa de prostitución, como era la costumbre, aunque Dios no permitió que se consumara esa maldad. Antes que ella habían sufrido el martirio sus hermanas Ágape y Quionia.

Felicidades, pues, a mi hermana, a mis primas y a todas las Irene.

Celes Tino

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