Epifanía del Señor
6 de Enero
Hoy celebramos la Epifanía del Señor.
Efectivamente lo que celebramos es la Navidad pero con un matiz diferente. El día 25 todo recordaba al Mesías que esperaban los judíos como salvador para ellos solos: Belén, María y José, los pastores. Todo era judío.
Hoy aparecen los magos, unos personajes nuevos que además vienen de tierras lejanas y se pone de manifiesto que ese Dios que ha nacido, viene a salvar no sólo a los judíos sino al mundo entero.
Por eso la tradición quiso que fueran reyes y que fueran tres para representar a todos los pueblos de la tierra. Recordemos que en esa época solamente se conocían tres continentes África, Asia y Europa.
Tal vez algún visionario pensó que podría haber más continentes y por eso surgió la leyenda del cuarto rey mago. Sí, Artabán.
El mismo que se detuvo por el camino para ayudar a un niño a enterrar a la mamá muerta.
El mismo que llegó a Belén cuando los soldados de Herodes estaban matando a los niños inocentes. Él sólo pudo salvar a uno de la escabechina, escondiéndolo bajo su manto.
El mismo que llegó a Egipto cuando la Sagrada Familia ya había regresado a Nazaret y allí lo único que pudo hacer fue ayudar a otra familia en apuros.
El mismo que, finalmente, llegó a Jerusalén buscando al Mesías, a las tres de la tarde de un viernes de primavera. De pronto el sol se oscureció y hubo un gran terremoto. Artabán cayó del caballo herido en la cabeza por una teja. Y se le oyó musitar ya en el último aliento de su existencia “¡Oh, qué gran luz! Jesús, te he buscado toda mi vida y al fin te he encontrado” Y se escuchó una voz que decía “Ven, bendito de mi Padre. Tuve hambre y me diste de comer…”
Ya sabéis, Jesucristo es y quiere ser el Salvador para todos, sólo se necesita seguir sus pasos durante toda la vida. ¡No es tan difícil, caramba!
Celes Tino
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