Santa MARTA
19 de Enero
Mario y Marta eran unos comerciantes persas que junto con sus hijos Ábaco y Audifax, oyeron hablar de Cristo y se enamoraron de Él y se hicieron cristianos.
Todos los bautizados son cristianos pero ¡ojo! Hay cristianos de oro puro y otros que son pura quincallería. El auténtico cristiano es el que está dispuesto a comprometer su vida por Cristo y por el Evangelio, es decir por los demás.
Nuestros santos de hoy tenían esto muy claro, así es que repartieron sus bienes a los pobres y se fueron a Roma para honrar las tumbas de San Pedro y San Pablo y las de los mártires.
Pero ya no volvieron más a Persia. En Roma se había desencadenado una nueva persecución y las necesidades de los creyentes eran muchas. Mario, Marta y sus dos hijos se dedicaron a socorrer a los presos y enterrar a los mártires.
Fueron detenidos, torturados y asesinados. No les importó. Tenían gravadas en sus corazones aquellas palabras de Cristo “quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien la pierda por mí o por el Evangelio, la salvará”
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