22 de Enero
Vicente pertenecía a una familia noble de Huesca y su madre, según una tradición, era hermana del mártir San Lorenzo.
Ordenado diácono en Zaragoza, el obispo San Valero, que no tenía mucha facilidad de palabra, hace de él su voz, nombrándole Primer Diácono de la diócesis.
Ya sabemos que la persecución más terrible contra los cristianos fue la décima, decretada por Diocleciano y que en España fue muy virulenta debido a la saña desplegada por Daciano que al pasar por Barcelona sacrificará a Santa Eulalia y San Cucufate, en Zaragoza hace detener al obispo y a su diácono y los traslada a Valencia. Allí manda al destierro a Valero y hace torturar a Vicente en el potro y, dice una leyenda, también en la parrilla como San Lorenzo. Igual que él, Vicente sufre el tormento sin quejarse y bromeando.
Enviado a un calabozo “más negro que las mismas tinieblas” según dice Prudencio, con su testimonio hace que el carcelero se convierta al cristianismo.
Daciano manda que lo curen para poder atormentarlo nuevamente, pero apenas colocado en el lecho Vicente parte en vuelo directo hacia el cielo. Su cuerpo, continúa la leyenda es arrojado en el mar por orden del tirano, pero las olas lo devuelven dando fe así de su santidad.
Varios de mis amigos se llaman Vicente. Felicidades a todos.
Celes Tino
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