12 de Enero
No señor, el bautismo de Juan no tenía nada que ver con el nuestro. Él proclamaba la misericordia de Dios y su bautismo era solamente una señal de que quien lo recibía estaba arrepentido de sus pecados y se comprometía a cambiar. Ese bautismo lo podías recibir todas las veces que quisieras.
El mismo Juan dice que viene otro detrás de él (Jesús) que bautizará con Espíritu Santo y fuego (amor). Este sí es el bautismo cristiano. El Espíritu Santo nos hace hijos de Dios y el fuego del amor, si lo dejamos actuar en nosotros, hace que nos parezcamos cada día más a Cristo, es decir, que seamos cada día más hijos de Dios. Por eso este bautismo no se puede repetir. Nadie puede nacer dos veces.
La importancia de la fiesta de hoy es la manifestación de la Santísima Trinidad que da la alternativa a Jesús y jubila a Juan Bautista.
“Este es mi Hijo. Escuchadle”
Ha llegado el verdadero bautismo ese que no solamente te limpia sino que te da nueva vida y te indica el camino a seguir.
Por eso te visten de blanco. El blanco es resurrección, vida, alegría, justicia, paz, libertad. En pocas palabras el blanco simboliza el Reino de los cielos.
De ahí que la Iglesia invite a recibir este sacramento vestido de blanco. Es una manera de decir “Soy un habitante del Reino de los cielos que, de momento, estoy aquí haciendo, no el Camino de Santiago, sino el camino hacia el ese Reino”
Celes Tino
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