EL CELIBATO

EL CELIBATO

Voy a intentar explicar en un par de patadas algo sobre lo que se han escrito muchos libros: el celibato.

En primer lugar ser célibe no es igual que estar soltero. De acuerdo el soltero no se casa, el célibe tampoco. La diferencia está en los motivos. El soltero puede no haberse casado por miles de razones diferentes. El célibe no se ha casado por una sola razón que se llama Reino de los cielos.
A) En la Iglesia tenemos dos tipos de celibato, por un lado las monjas, los monjes y frailes, que pueden ser también curas, como es mi caso, por ejemplo, y por otro lado los curas diocesanos.
B) Las monjas, monjes y frailes tienen un compromiso especial con Dios y la comunidad de la Iglesia, buscado por ellos y hecho de forma totalmente libre y voluntaria, que son los tres votos: Pobreza, castidad y obediencia.
Es una elección hecha con el fin de vivir para el Reino de los cielos haciéndose semejantes a Cristo que fue pobre, casto y obediente.
A este grupo se le da el nombre de Vida Consagrada o Vida Religiosa.

C) Los curas diocesanos no tienen votos, tienen una promesa hecha al obispo de vivir en celibato y de obediencia al obispo propio en todo lo referente a su oficio. También esta promesa se hace libre y voluntariamente.

El origen de éste segundo tipo de celibato hemos de buscarlo en la Edad Media. Los señores feudales eran los encargados de proveer obispos y curas en sus tierras y solían nombrar a amiguetes suyos que, desafortunadamente, muchas veces sabían de todo, menos de religión. Algunos eran ceporros completos.
Para evitar éste abuso y que se diera el oficio a personas religiosas y con vocación el Papa San Gregorio puso la obligatoriedad del celibato.

Actualmente ese problema ya no existe y la norma se podría cambiar pero, de momento, se ha decidido mantenerla por el bien de los fieles. Parece que dedicarse de tiempo completo al ministerio y, al mismo tiempo, a una familia, no es muy factible porque se acaba desatendiendo a la familia o a los fieles.
Por otra parte, después de consultar a muchos fieles, éstos no confiarían tanto en el secreto de confesión de un cura casado, creen nuestros fieles que antes o después el cura acabaría comentando los pecados ajenos con su esposa.
Más o menos así está la cuestión.

Celes Tino

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